sábado, 2 de junio de 2012

Los 10.000 del Soplao

El pasado sábado 19 de mayo tuvo lugar en Cabezón de la Sal (Cantabria) la III edición de la maratón y ruta a pie del Soplao.
Llegamos el viernes a la tierruca y ya por la tarde fuí a buscar el dorsal bien acompañado, la tarde ya enseñaba lo que nos podía ocurrir y ocurrió al día siguiente, nubes y más nubes y unas temperaturas que aún siendo el norte no son las de mayo.
A la madrugada siguiente me despierto sobre la 4:45, el cuerpo decide que ya había descansado lo suficiente y los nervios empiezan a poner el cuerpo a punto, desayuno fuerte, siempre más de lo habitual y en marcha, incluyo en mi equipaje un chubasquero que compré el día anterior a última hora.
A las 5:45 llega el cuñado de mi hermano, Victor, un ciclista de vocación tardía pero que de haberlo sabido antes igual podía estar hoy en algún pelotón de las grandes vueltas... a ésta hora han caído ya unos cuantos litros por metro cuadrado y todavía llueve algo. Llegamos a Cabezón y Victor sale directo con la bici a la salida para colocarse bien, es curioso porque en esa zona que deben estar los que quedan entre los 100 primeros en modalidad btt, se cuela alguno que va con rastrales y una barriga nada despreciable, creo yo que los de su alrededor no son de su ritmo pero bueno. Mientras aquello se va hiperpoblando de gente hasta que llega el colapso, gente con bici que no sabe donde ponerse y la traca de salida se acerca. Yo me dirijo al cajón de salida de la maratón, en éstas decido que saldré sin chubasquero, la temperatura en cuanto empiece a correr hará que me sobre todo, eso pensaba yo...
Empieza a sonar thunderstruck de ACDC, todo un clásico de la salida del Soplao y traca, dan la salida, me coloco relativamente detrás del grupo de maratonianos, siempre me gusta ir de menos a más. La gente sale disparada, yo diría que a ritmo de diez mil, salen muy rápido pero bueno la primera subida se encargará de poner las cosas en su sitio.
Salimos de Cabezón y rápidamente encaramos una subida durilla con mucha piedra suelta y los primeros pegotes de barro, aquí ya empiezo a pasar gente, poco a poco a mi ritmo, procuro mantener la cadencia de trote siempre que el desnivel lo permite, ésta primera subida es la más larga y tiene un desnivel de unos 550 metros, a medida que ascendemos la niebla se apodera de nosotros, y ya en la cima comienzan las primeras gotas, en esa zona ya hay que buscar una pisada alternativa al sendero ya que éste solo es barro y sen ven muchas marcas de patinazos.
Llegamos al cortafuegos, la peor bajada del recorrido con un desnivel cercano al 50%, se forma un fila que siguen las pisadas de los primero, al ver embudo y el estado del sendero decido salirme de la fila y empezar a bajar campo a través, resulta una buena decisión, si pisas donde han pisado es más fácil patinar, y allí se vieron numerosas caídas, yo resvalo un par de veces y en una de ellas echo la mano al suelo, con la suerte de apoyarme en un espino, me miro la mano y ya va llena de pinchos, pero bueno salgo ileso de la bajada; pasado el cortafuegos continúa una bajada que aunque más rápida es bastante técnica, éstas son las que me gustan, aquí paso a varios corredores y me planto en Ruente (km 10) en hora y veinte. El ambiente aquí es impresionante, pancartas y gente animándote continuamente, y gente, mucha gente. En cuanto toco el asfalto coincido con otro corredor, Javi, un hombre de unos 40 y largos que me propone tirar juntos, la verdad es que visto el ritmo que llevaba, me entran dudas de si seré capaz de aguantar así que decido dejarle ir. Pasamos el primer avituallamiento (liquido), cojo un botellín de agua y continúo, las sensaciones son muy buenas.
Pasado Ruente, comienza una subida muy ligera por pista que se hace bien, aquí es cuestión de coger ritmo, por esta zona me meto el primer gel. La subida nos mete de lleno en el parque natural del saja, aquí comienza otra bajada que exige un extra de prudencia debido al barro, hay que ir buscando el piso firme porque el barro ha destrozado el sendero y ya no se puede pisar, con todo ésto me planto en el avituallamiento de Ucieda (km 19) en 2:23, al tiempo que no me lo creo, comienzo a pensar que he de bajar el ritmo. Repongo fuerzas, un par de plátanos, algún fruto seco, un acuarius y agua.
Otra vez en marcha, a poco de retomar la carrera comienza a llover de verdad, noto que me he quedado algo frío con la parada e intento coger ritmo para entrar en calor, a todo esto el camino empieza a ser impracticable, estamos en la ruta de los puentes, un sendero estrecho sube-baja sin mucho desnivel, ésta zona que en principio tendría que ser rápida se me hace muy dura por el barro y el agua.
Acercándome al km 25 empiezo a notar una molestia en la rodilla, es un dolor nuevo para mí, así que supongo que será del frío. A todo ésto empiezan a venir esos pensamientos que te animan a abandonar, pero muscularmente me veo fuerte, no he tenido ni un calambre aunque estoy helado. Trotando poco a poco consigo pasar esta zona a un ritmo mucho más lento del que llevaba, en éste tramo me pasan unos cuantos corredores. Me planto en el ante último avituallamiento en 3:30, aquí como bastante, ya veo que lo queda será duro y sólo me faltaba una pájara, como un sandwich, chocolate, una naranja, plátano, vamos lo que pillo, y mucha agua. Por ésta zona comienza a llover aún más, y ahora viene lo bueno.
Comienza la subida al Toral, una primera parte durilla aunque bien llevada dadas las circunstancias, la zapatillas ya iban empapadas de agua y barro. Y como no podía ser de otra manera el Toral se culmina con una rampa de algo menos de 1 km, pero con un desnivel demoledor a estás alturas de carrera, el camino lo marca un torrente pequeño de agua y barro que baja desde la cumbre, "con la que está callendo y yo aquí..." pero bueno mis piernas subían mejor que bajaban, me costo más la ultima bajada que ésta subida. Poco después de llegar al alto, me encuentro a un hombre y le pregunto que cuanto queda para el último avituallamiento, me dice que lo tengo a menos de 1km pero con la niebla no veo nada, ese avituallamiento resulto ser un oasis, al acercarme veo una parrilla humeante con unas salchichas que me dieron la vida, así que pensé "con la paliza que llevo encima aquí me pongo las botas", y así fué.
Una poco antes del avituallamiento me llama Silvia, mi mujer, y me comenta que me esperan en Santa Lucía, eso me da el punto de ánimo que necesitaba...así encaro la última bajada, se que se me va hacer eterna por la molestia de la rodilla, sufro lo mío hasta llegar a la última rampa hormigonada que lleva a Santa Lucía, el hormigón acaba por "matarme", pero justo en una de las curvas veo desde arriba a mi "club de fans"...jeje mi padre, mi hermano Javi y mi mujer y Lucas, mi peque. Eso me da el último empujón, en cuanto llego al llano aprovecho a quitarme el cinturón para dárselo y correr los últimos km en llano lo más rápido posible, aparece mi padre antes de llegar a la carretera y oigo sus gritos de ánimo, aquí también está Javi echándome fotos y Silvia y mi peque me animan desde el coche. Ya sé que el Soplao es mío, en llano no se porque la rodilla no me molesta mucho y aprieto tanto como puedo, la recta de Cabezón se me hace muy larga pero cojo buen ritmo y paso a unos 6 o 7 corredores que me habían pasado bajando, encaro las vallas de meta y fin... cruzo la meta en 6 horas 58 minutos clavados, puesto 203 de 400 y pico, aquí me esperan de nuevo mis fans...jeje

Carrera más dura de lo esperado por el clima, mi segunda maratón al bolsillo y con ganas de estar el próximo año, sin lluvia si es posible, aunque como se titula éste blog, iremos "aunque haga bueno".

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